Tarragona - Top Manta

Es uno de los clásicos del verano: la venta de productos falsificados. Y otro clásico: los golpes que, de vez en cuando, la guardia civil consigue dar al sector. Es el juego del gato y el ratón. La guardia Civil desmantela y, al poco tiempo, los talleres ilegales reaparecen y, por lo tanto, los productos falsificados en las tiendas de turistas. Las reincidencias delictivas son habituales. Las penales, las que se pueden atribuir a los propietarios de talleres que falsifican los productos: es decir que insertan una marca falsa a aquel bolso que ha llegado, sobre todo, en contenedores marítimos por vía legal, se arrastran años por los juzgados.