Cuatro de cada diez españoles mayores de dieciseis años acude a la medicina estética para retocarse casi todo. Pincharse o pasar por el quirófano para mejorar la imagen se ha convertido en algo habitual : novecientas mil intervenciones estéticas y cuatrocientas mil cirugías al año en España. Y la edad cae en picado. Ahora se empieza a los veinte. Incluso antes.
En la era digital, médicos y cirujanos aseguran que las influencers, las redes sociales y los filtros de aplicaciones como Instagram para editar selfies están llenando sus consultas de jóvenes obsesionados por parecerse a una imagen que no es real. Los expertos lo llaman "dismorfia del selfie", un trastorno psiquiátrico que ya afecta al quince por ciento de los pacientes, según la Sociedad Española de Medicina Estética.
Elena Pernas y Alejandro Martinez del Hoyo han estado en una clínica estética hablando con médicos, pacientes y con psicólogos de ésta nueva realidad.