A principios de los años 90 un anticuario hispano - suizo vende un casco realmente único al Museo Central Romano Germánico de Mainz. Se cree que en total había 19, excepcionales, símbolo de las élites guerreras celtibéricas. Provenían del yacimiento de Aratis, en Aranda de Moncayo, Zaragoza, expoliado durante 25 años sin que nada ni nadie lo impidiera.
Ese caso de expolio, uno de los más mediáticos de los últimos decenios en nuestro país, acabó con la detención, enjuiciamiento y condena a cárcel de dos personas en 2018. El expolio arqueológico es un mercado negro que mueve mucho dinero: alguno de los cascos subastados por Christie's alcanzaron los 70.000 euros. Los arqueofurtivos no solo se apropian de algo que es de todos, también destruyen la posibilidad de conocer nuestro pasado. Nos roban dos veces. Un reportaje de Luisa Pérez.