Pascal es uno de los cerca de 500.000 extranjeros que viven en España en situación irregular. Es africano, procedente de Camerún, y tras un largo viaje entró en España saltando la valla haci casi ocho años. No tiene una residencia estable, va de albergue en albergue. Y si quiere trabajar tiene que recurrir a quienes acuden a Plaza Elíptica cada día en busca de mano de obra barata. Si no, le toca buscar un centro de día o comedor social en el que pasar las horas hasta que llega la noche y puede volver al albergue.
Cuenta que le han detenido dos veces, a pesar de no haber cometido ningún delito. Pero el hecho de no tener papeles hace que salga a la calle con el miedo de dormir en comisaría esa noche. Es consciente de que hay cosas que podría haber hecho de otra forma, pero no se arrepiente de haber abandonado su país y asegura que cada día se levanta con la esperanza de que su situación mejorará tarde o temprano.
Un reportaje de Luisa Pérez y Javier Monterde.