Hace cuarenta años, cuando en este país muchos empezaban a descubrir lo que significa el desarrollo compatible con el entorno, Ramón Folch ya dominaba el discurso de la sostenibilidad. Fue de los primeros en hablar de la necesidad de imponer límites al crecimiento y se codeó con representantes internacionales en grandes instituciones como la Unesco. A la vez daba clases en la universidad, escribía libros o enciclopedias y se especializaba en la gestión urbanística responsable. En estos días acaban de darle el Premio Nat 2020, que otorga el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
Después acudimos a Bilbao y al Museo Guggenheim, donde una muestra gratamente invasiva nos hace pasar del frío al calor en cuestión de segundos. Porque si bien el hielo, los líquenes y el viento hacen causa común para trasladarnos a un mundo y una naturaleza frágil, la extraordinaria vivencia del color nos mueven y conmueven en un mundo de abismo mágico, de soledad y también de refugio. La exposición de Olafur Eliasson "En la vida real" vibra a lo grande en este centro de arte hasta el mes de abril. Su comisaria, Lucía Aguirre, nos lo cuenta.