El recelo toma el pequeño estado del Vaticano. Cada vez cobra más fuerza la impresión es que el arresto del mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, es solo el inicio y que van a surgir más nombres que caerán como fichas de un dominó.
La "garganta profunda" podría ser un cardenal. En los últimos años, se ha abierto una guerra entre los Príncipes de la Iglesia que ha desembocado en la fuga del contenido de documentos personales del propio Papa. El nombramiento de Bertone como número dos de la Iglesia y su acaparamiento de poder parece el origen de todo el complot.
Esta mañana, en el diario La Repubblica habla uno de los presuntos espías. Sin identificarse, asegura que están implicados hombres, mujeres, laicos y religiosos hasta llegar a ciertos cardenales. Dice que lo han hecho para defender al Papa y denunciar la marcha de la Iglesia.
Entre ellos hay una mujer que sería la encargada de recopilar todos los documentos. Los soplones pretendía debilitar al Papa para convencerlo de que deje de abordar cuestiones relacionadas con la política y la economía de la Iglesia.