SAGRARIO R. DE APODACA (Corresponsal de RNE en Roma).- Se llamaba William Herteleer, tenía 80 años y desde hace unos cuantos las calles cercanas al Vaticano eran su único hogar. Vivía de la mendicidad y era asiduo a la Iglesia de Santa Ana y conocido de religiosos como Americo Ciani, canónigo de la basílica de San Pedro. Ciani echó de menos a Hertleer y al saber que estaba muerto y que su cuerpo esperaba sepultura en la morgue de un hospital, se le ocurrió que tuviera en la muerte lo que no había tenido en vida. Decidió que, al ser católico y flamenco, podía descansar en el cementerio teutónico del Vaticano, creado por Carlo Magno para reyes y personalidades alemanas. Se trata de la primera vez que algo así ocurre en la historia del Vaticano.
Rueda de corresponsales
Entierran a un indigente en un cementerio del Vaticano
27/02/2015
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