Todos los ministros del Gobierno italiano muestran sus posesiones ante el ciudadano dentro de la política de transparencia que ha prometido Mario Monti. Así se sabe que el primer ministro ganó el año pasado un millón de euros. Posse inmuebles en Milán, Bruselas y Varesse, hasta un total de 16, además de varios negocios. Su patrimonio se completa con fondos y obligaciones por valor de 11 millones y medio.
Con todo, no es el miembro del gobierno que hizo más caja en 2011. Ese privilegio lo detenta la ministra de Justicia, Paola Severino, que el año pasado ganó siete millones de euros. Esta mujer posee dos apartamentos en Roma, otro en Cortina y una barca, además de nueve millones en bonos y obligaciones.
Ningún detalle contable queda exento de la claridad. Así sabemos que el ministro de Asuntos Exteriores tiene dos apartamentos en Nueva York y una Harley Davidson o que el de Asuntos Regionales posee un coto de pesca.
Éste es el primer paso en la lucha contra la corrupción. Monti quiere que el ejemplo de los ministros se traslade a los subsecretarios de Estado y pretende que los altos directivos de empresas hagan también pública su declaración de bienes.