La antigua residencia en Pekín de Aisin-Gioro Puyi (1906-67), el conocido como último emperador chino, ha sido reducida a un montón de escombros según el periódico China Daily quién asegura que fue derruida por cuestiones de seguridad.
Puyi, último emperador de la dinastía Qing, habitó esta vivienda con su esposa, Li Shuxian desde 1963 hasta su muerte en 1967. Su abdicación en el año 1912 marcó el fin de siglos de dominio imperial en China.
Asegura el rotativo oficial chino que la casa, ubicada en el antiguo distrito de Xicheng (oeste), era de estilo occidental y fue levantada durante el período de la República de China (1912-49).
Su derribo se ha producido como consecuencia de los daños ocasionados por las recientes tormentas que sólo en Pekín causaron 79 muertos.
Desde el punto de vista cultural varios artistas e intelectuales han mostrado su pesar por la destrucción de la vieja casa, ya que, según el periódico, fue testigo del tránsito y conversión de un emperador a ciudadano de la República Popular de China.
Sea como fuere la destrucción de la casa de Puyi es para muchos ciudadanos de Pekín un ejemplo más de la nula conservación de los vestigios del pasado nacional.