“La mujer es mala cosa, cosa malamente carnal, carne toda entera, solícita para perder y nacida para engañar, abismo inaudito, la peor de las víboras, hermosa podredumbre, camino deslizante, lechuza horrible, puerta pública, dulce veneno" Eso escribiría Bernardo de Morlaix, monje de Cluny, en el siglo XII. El hombre era la imagen del bien, la mujer la personificación del mal, la compañera de las tinieblas. Así fue como a lo largo de la Edad Media el cristianismo exacerbó la misoginia latente desde la antigüedad. Un rechazo que las convertiría en chivo expiatorio de cualquier desgracia: pestes, temporales, cosechas arruinadas… Eran enemigas, la boca del infierno, eran brujas…El Malleus Maleficarum se refiere a ellas como el mal necesario, la pena ineludible, el peligro doméstico, el mal de la naturaleza pintado con buen color”...La caza de brujas fue sobre todo una caza de mujeres, un intento coordinado de degradarlas, demonizarlas y destruir su poder social…
Hoy, en la semana de la mujer, encendemos el fuego de la cueva para celebrar un aquelarre en honor de las brujas que nunca lo fueron, iluminamos una realidad que sigue cobrándose la vida de muchas mujeres africanas y asiáticas, preparamos pócimas y ungüentos contra la lacra de la desigualdad. Y lo hacemos con Adela Muñoz Páez, Catedrática de Química Inorgánica en la Universidad de Sevilla, presidenta de AMIT y autora de títulos como “Sabias” o la biografía de Marie Curie. Su último libro “BRUJAS” retrata la locura cometida en Europa en la Edad Moderna.
Con nuestro colaborador Jaime García Cantero hablamos de ciberfeminismo y en el túnel del tiempo recuperamos la voz de Carmen Conde, escritora de la generación del 27, la primera mujer en la Real Academia Española de la Lengua.
