El cine imagina más allá de lo evidente, suele anticiparse a su época y propone situaciones fascinantes y disruptivas, conspiradores que implantan falsas memorias en "Inception", un científico alocado que lee los sueños en "Hasta el fin del mundo" o una supercomputadora que siente y piensa como una persona en "Odisea en el espacio". Pero así como el cine de ciencia ficción suele apoyarse en los últimos avances de la ciencia, la ciencia también se nutre de la prolífica imaginación de los cineastas y de pronto nos encontramos sumergidos en esas realidad. Implantar memorias usando optogenética, leer la mente durante el sueño con avanzados algoritmos de descodificación o lograr que las computadoras superen al pensamiento humano en infinidad de tareas mediante redes neuronales profundas ya es una realidad. Lo escribe Rodrigo Quian Quiroga en su libro “Cosas que no creerías” publicado por Debate. La ciencia está logrando lo que hace décadas parecía imposible, implantar una memoria, leer la mente, comunicarse con pacientes en coma, predecir una decisión, crear cyborgs o volver a hacer caminar a un paralítico ya no es una quimera, las ideas de muchas de las películas de ciencia ficción tienen cada vez más de ciencia y menos ficción. Avances que nos llevan a replantearnos las grandes preguntas que el ser humano viene haciéndose desde que tiene uso de razón ¿Qué es lo que nos hace humanos? ¿Qué es lo que nos distingue y nos lleva a ser la especie dominante? Hay algo especial en nuestro cerebro que nos haga más inteligentes y conscientes de nuestra propia existencia? Hoy encendemos el fuego para visionar películas de ciencia ficción pasadas por el filtro de la neurociencia y la filosofía junto al neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga, profesor ICREA en el Instituto de investigación del hospital del mar en Barcelona, antes director del Centro de Neurociencias de sistemas y jefe de Bioingeniería en la Universidad de Leicester, descubridor de las llamadas neuronas Jennifer Aniston o neuronas de concepto.
Junto al maestro tecnológico de la tribu, Jaime García Cantero, reflexionamos sobre la llamada "era dorada" de la ciencia y en el túnel del tiempo nos reencontramos con el historietista Francisco Ibáñez