"Lo que está por venir es maravilloso" Eso escribiría Isaac Asimov tras visitar la Feria mundial de NY en 1964. El bioquímico y creador de ciencia ficción se mostraba entusiasmado ante los avances de la humanidad y quiso imaginar entonces cómo sería el mundo 50 años después. En su artículo en el New York Times imaginó pantallas planas, videollamadas o galerías de fotos virtuales. Aparatos inalámbricos, coches autónomos y misiones no tripuladas a Marte. Pero también vislumbraba vehículos que se elevaban sobre el suelo, una planta de fusión nuclear o granjas de microorganismos. Diría también Asimov que la enfermedad del aburrimiento se extendería cada año con consecuencias mentales, emocionales y sociológicas, la psiquiatría, escribió entonces, será la especialidad médica más importante.
Sobre los robots, el creador de Robbie, pronosticaba su existencia pero no serán ni comunes ni muy buenos escribía en 1964. Por cierto que el lema de aquella feria nos retumba todavía hoy: "Paz a través del entendimiento" Hoy encendemos el fuego de la cueva para iluminar el futuro de la robótica y la inteligencia artificial, dejamos de preguntarnos cómo será el futuro para preguntarnos qué futuro queremos, y lo hacemos con Carme Torras, profesora de investigación del Instituto de Robótica e Informática Industrial del CSIC y la Universidad Politécnica de Cataluña. Directora del proyecto europeo Clothilde de robots asistenciales, Premio Nacional de Investigación 2020 y autora, entre otros títulos, de la novela de ciencia ficción "La mutación sentimental".
Con Jaime García Cantero revisitamos la película El Padrino en su 50 aniversario para reflexionar sobre el pasado y el futuro del crimen organizado y la ciberdelincuencia. Y en nuestro túnel del tiempo viajamos a 1931 para recuperar la voz del sapiens Ramón Menéndez Pidal.
Bienvenidos a la cueva.