Nunca le digas a un niño que es torpe

Distintas investigaciones demuestran que los alumnos con mejores rendimientos académicos son aquellos que tuvieron profesores que confiaron en ellos, que mantuvieron una comunicación fluida y de afecto mutuo. Si un profesor confía en las posibilidades de un alumno, este acaba también creyendo en sí mismo. Si por el contrario le acusa de vago o de torpe, el estudiante acabará aceptando sus etiquetas y se comportará tal y como esperan de él.