Los primeros cinco meses de 2024 constatan la tragedia de la carretera. 436 fallecidos por siniestralidad y violencia vial, 24 más que en el mismo periodo de 2023. El primer fin de semana de junio murieron 16 personas por esta misma causa. Cifra similar a la registrada en otro fin de semana del mes de abril.
Son datos que en cualquier otra circunstancia nos habrían llamado a guardar minutos de silencio, lutos oficiales, llamadas al "basta ya, ni uno más"… y con toda la razón.
David Pérez de Landazabal, vicepresidente de la asociación de víctimas Stop Accidentes, y Orestes F Serrano, relaciones institucionales de la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), analizan la deriva de la siniestralidad en las carreteras y la normalización de las consecuencias que hace la sociedad, volviendo invisibles a las víctimas que causa el tráfico que solo leemos con cifras y estadísticas, sin pensar en el cómputo acumulado de tragedias, de vidas perdidas, de familias rotas, de proyectos de vida esfumados en menos de un segundo que son realmente.