Hoy nos dedicamos a esos conflictos identitarios que tenemos los españoles, que parece que no podemos ser individuos, sino que tenemos que participar de una identidad colectiva, sea por nacionalidad, partido político, club de fútbol, preferencias sexuales, sexo, o por comer animales o sólo cosas que salgan del suelo. Un español necesita delante una bandera que de sentido a su vida o algún símbolo que le reúna de forma gregaria con cuanta más gente mejor. Y dentro de ese delirio hay uno que lleva décadas “moscardoneando” alrededor de la cabeza de los hispanos: el nacionalismo catalán. Hoy, esa visión burguesa y conservadora de la vida, es nuestra protagonista.
Y para hablar del nacionalismo tenemos a un señor que está de vuelta de todo, que huye de los grupos de más de cuatro personas y que se pregunta por qué cuando el Barça gana un partido la gente sale en masa gritando del estadio y él no puede salir gritando del cine cuando le ha gustado una película de Jean Paul Rappenau. Nos referimos a Ramón de España, autor de El manicomio catalán y El derecho a delirar, libros en los que, ya por 2013, el autor hablaba de temas que hoy siguen vigentes, como si Cataluña se independiza y si se va a sacar a Franco del Valle de los Caídos. Pasan los años y seguimos con los mismos temas, como si todo fuera una película larga y mala puesta ahí para tenernos entretenidos. Pero antes de entrevistarle, Ricardo Peralta nos lee uno de los textos del libro que trata del odio como fuente de vida para toda esa gente elemental, estrepitosa y mezquina que hay por todas partes.
Tenemos a escritores diseminados por el planeta que nos van a leer relatos de ficción sobre Cataluña; desde Alemania Klaus Neumann nos envía un relato, que lee el director y presentador del programa Miguel Ángel de Rus; contamos con el venezolano Félix Díaz, que sí nos lee el suyo, y los españoles Mariaje López, Sara García Perate y Asier Aparicio. Acabamos con el escritor mexicano Juan Patricio Lombera, que nos recuerda aquellos Juegos Populares de Barcelona que coincidieron con el alzamiento nacional. Curiosamente, les pedimos un relato original e inédito sobre Cataluña y 4/5 partes de los textos tienen connotaciones sexuales. Como para dárselo a un psiquiatra.
El poeta y narrador Camilo de Ory nos envía una serie de aforismo o greguerías, sobre Cataluña, en clave de humor, que nos lee Ricardo Peralta. La gente sensible puede bajar esos tres minutos el sonido y ponerse algo de Mozart, por ejemplo. Lo aviso para que luego no haya denuncias.
Hablamos con Juan Jesús Botí, autor junto a Isaac Alcántara y David Omar Sáez, de Historia absurda de Cataluña. Ellos son Ab Absurdum. Un libro que comienza con san Jordi matando no ya un dragón, sino una lagartija, y no con lanza, sino con insecticida. Una visión divertida de los milenios de historia catalana. ¿Fue antes Grecia y Roma o Cataluña? ¿Hay historiadores catalanes que defienden que santa Teresa no era de Ávila sino más catalana que el fuet, al igual que Cervantes, Garcilaso de la Vega o Hernán Cortés? ¿Es cierto que Quevedo se lo plagió todo a poetas catalanes? Y nos explican si Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico no pudo irse a morir al monasterio de Yuste que fue donde Dios perdió la espardeña, sino que murió en Cataluña. Un placer… Pero justo antes de empezar, Ricardo Peralta nos lee unas páginas del libro dedicadas a la visión frenopática de la historia catalana y universal de los animosos muchachos del Institut de Nova Història. Puro delirio. Hasta Dalí se quedaría extrañado.
Y para acabar, Vera Kukharava nos recomienda la obra de un poeta Barcelonés, Juan Eduardo Cirlot: Pájaros tristes y otros poemas para Pilar Bayona.