Silueteados - Alice Munro

La enseñaron a pasar desapercibida y alejarse de los elogios. Por eso, después de ganar el Nobel de Literatura en 2013, a Alice Munro prácticamente la perdimos de vista. Sus cuentos se entrelazaron con los dedos de Elena Anaya en La piel que habito... inspiró la Julieta de Almodóvar (y otras tantas adaptaciones audiovisuales) y arrastra desde hace décadas el título de la Chéjov canadiense. Pero antes de todo eso, antes de las colecciones de cuentos, los reconocimientos, antes de The New Yorker y otras tantas publicaciones, hubo oscuridad. Y un cuarto de planchar que se convirtió en refugio y que acabó cambiando, tras un divorcio, por una plaza de escritora residente en la Universidad de Western Ontario.