Hoy en Solidaridad, tercera entrega de la estancia en Perú. La pandemia en el país, ha afectado a las clases menos favorecidas. Una de las alternativas para evitar el hambre en Latinoamérica han sido las ollas comunales o colectivas, familias de zonas pobres donde cocinan colectivamente, con los recursos que tienen. Solo en Lima municipio hoy cerca de 240.000 personas dependen diariamente de 2.219 ollas comunes para llevar a sus estómagos un plato de comida caliente. Este colectivo bien organizado está luchando para exigir la aprobación de un proyecto de ley que declare la emergencia alimentaria a nivel nacional. La mayoría de estas cocinas colectivas se encuentra en situación de inseguridad alimentaria, dos terceras partes son auto gestionadas en su mayoría por mujeres y la mitad usan leña para preparar los alimentos.
En Perú la pobreza subió por encima de 30 % de la población el año pasado, más de 3,2 millones peruanos cayeron en la pobreza. En este programa que realizamos en la Municipalidad de Lima, no reunimos con Jesica Huamán, nutricionista, regidora, concejal y presidenta de la comisión publica de Salud pública y desarrollo social del ayuntamiento y con Fortunata Palominos barrios, presidenta de la red de mujeres organizadas del distrito de Caraballo previniendo violencia de género, integrante de la coordinación de la red de ollas... un encomiable trabajo que queríamos destacar en este programa.