Montse Navarro (@AsperRevolution) tomó la palabra aquella tarde en la que conocí la realidad de las mujeres autistas. Una mujer autista que vive su condición sin dramatismo y se sirve de su activismo en las redes para explicar que ser distinto no significa ser menos, ni peor. Una vida en la que el exceso de estímulos se convierte en una tortura.
Carmen, María, Regina, Cristina, Raquel, Montse. Mujeres autistas, testimonios directos, historias que obligan a sacar conclusiones: como que el silencio es un síntoma y una necesidad, que los sentimientos no expresados siguen siendo sentimientos, que este mundo es interesante porque es diverso, que el desprecio y el miedo al diferente es ignorancia, que no hay nada como que te cuenten este mundo personas que no lo ven como tú.
Que no hay distancia entre lo comúnmente considerado normal y lo que no lo es de manera oficial. Que todos somos raros e iguales a partes iguales, que aquellas mujeres, madres poderosas y fuertes, lo son porque han tenido que adaptarse a un medio hostil por nacer con dos condiciones que nadie elije.
Mujeres inmersas en una guerra que van a ganar con lar armas de la visualización, el apoyo y la protección. Que las mujeres como Carmen, María, Cristina, Raquel y Montse no se tengan que esconder más por ser mujeres autistas.