BEETHOVEN: la Appassionata

Hoy analizamos los días y los sonidos de qué está hecha una de sus obras más conocidas y más preferidas por él mismo: la Sonata nº23 "Appassionata" (1804-1806). Se relacionó esta música con alguna de las Teresas por quienes suspiró Beethoven, pero parece que la única mujer con quien podemos relacionar la Sonata es con Marie Bigot, genial pianista, compositora, y honesta esposa del bibliotecario Bigot, una dama a quien Beethoven propuso aquel ambiguo paseo con carroza ("carroza", de carruaje con caballos...). La susodicha leyó aquella partitura con tachones a primera vista (escuchamos algunas composiciones de Marie también). Lo más interesante de la Appassionata es la técnica de la "derivación contrastante" (unos seres sonoros engendran a otros cambiando un parámetro, y el oyente ni se entera) y la reminiscencia de una célula (aquí, el "motivo del Destino") que prevalece secretamente por toda la estructura, por todo el subsuelo de la estructura sonora, manteniendo su resonancia "maldita". La música refleja los parajes, los movimientos, las instancias, de la conciencia humana como nunca antes...