En 1801 Beethoven compone su oratorio Cristo en el Monte de los Olivos, "entre la desazón y la angustia". No es un oratorio sacro, convencional. Presenta a Jesús humano, y hasta con una dimensión de fragilidad. ¿Quién más había en ese Monte tan sombrío?... ¿En qué Dios creía Beethoven?... En 1802 algo en Beethoven pretende iniciar una transformación: Sonata "La Tempestad", Segunda Sinfonía, Sonata para violín en Do menor... Y el 6 de octubre de 1802 escribe aquella carta de despedida a sus hermanos Johann y Caspar, el Testamento de Heiligenstadt, en que detalla las razones de su aislamiento y su marginación: su imparable pérdida del oído, que no tenía nada de gracioso, porque en su oído estaba su identidad y su razón de ser... Pero éste es Beethoven: el ser junto al acantilado de Caspar Friedrich que mira hacia arriba y realiza grandiosas metamorfosis.
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BEETHOVEN: El mensaje de Heilgenstadt
09/08/2020
59:28