Antes de ayer, viernes, 10 minutos antes de la media noche, se estrenaba en Movistar+Cine DocAndRoll Country Music. A Film by Ken Burns. Una serie de nueve episodios de aproximadamente una hora de duración que recorre los momentos más relevantes de la historia del country, un género musical que parte de las más profundas raíces de la música popular de Estados Unidos, con antecedentes en los más distintos puntos geográficos del planeta y que empezaron a ser conocidos en pequeños escenarios, hasta su repercusión a escala mundial. La serie permite descubrir la evolución de la country music durante el siglo XX, a través de imágenes y fotos inéditas hasta el presente, además de entrevistas con más de 80 artistas de lo que conocemos como Americana. El máximo responsable ha sido Ken Burns, que la ha dirigido y producido, junto a Dayton Duncan y Julie Dunfey. Ken Burns, director de Country Music es bien conocido por su trabajo en La Guerra de Vietnam (2017), Burns es especialista en trabajar con archivo. Es el responsable además de The Civil War (1990) o The National Parks (2009) por el que fue nominado al Oscar. El narrador es el neoyorquino Peter Coyote.
A través de archivos nunca vistos y entrevistas a más de 80 artistas de country podemos acercarnos a las raíces de esta música, sabemos de dónde proviene y cómo has sido su desarrollo. La serie incorpora una faceta fundamental. Se trata de las intervenciones de Ray Benson, Kathy Mattea, Kris Kristofferson, Willie Nelson, Marty Stuart, Dolly Parton, Emmylou Harris, Rosanne Cash, John Carter Cash, Carlene Carter, Holly Williams, Hank Williams Jr. , John McEuen, Garth Brooks, el desaparecido Merle Haggard, Rodney Crowell, Ketch Secor de Old Crow Medicine Show, el historiador tejano Bill C. Malone, Margarett Ann Robinson, Douglas B. Green o “Ranger Doug” de Riders in the Sky, son fundamentales para ir recorriendo los distintos parajes geográficos y sonoros del desarrollo de la country music y de su industria. Y es que, al igual que la música en sí, la serie cuenta historias inolvidables de dificultades y alegrías compartidas por la gente común.
Es la mejor forma de descubrir la música country, la llamada auténtica música americana, desde las primitivas baladas sobre extraños crímenes cometidos en oscuros garitos a su popularidad a nivel mundial de mano de los más grandes artistas. En el programa de hoy hemos ido desvelando las entrañas de los nueve capítulos en los que ha dividido esta serie.
The Rub (Beginnings - 1933) es su primer capítulo, un paseo por las raíces de la música country, desde las baladas a las melodías de violín y banjo, la música de iglesia y los inicios de country como música mainstream. A comienzos de la década de los 20, la radio comenzaba a despuntar y su significado en el folk y el country fue fundamental. Al iniciarse 1922, la WSB de Atlanta se convirtió en pionera de la programación de la llamada hillbilly music, seguida rápidamente por la WBAP de Fort Worth, en Texas. Los shows en directo marcan la pauta y el National Barn Dance de la WLS de Chicago sale al aire en Abril de 1924 bajo los auspicios de George D. Hay. Nueve años más tarde es la primera emisión vaquera que puede sintonizarse cada sábado de costa a costa del país. Pero el hillbilly necesitaba de grandes estrellas aún por descubrir y ha de ser Ralph Peer quien encuentre la llave del éxito. En Bristol, Virginia, y durante 1927 aparecen esos personajes carismáticos. Son la Carter Family y Jimmie Rodgers. Este sigue siendo considerado "el padre de la country music". Su vida fue tan dramática como las canciones que escribió, muriendo de tuberculosis en un estudio de grabación a los 33 años de edad. La leyenda de James Charles Rodgers se inició en 1897 cerca de Meridian, Mississippi, el lugar donde nació.
Hard Times (1933 - 1945) es como se ha titulado la segunda entrega de este documental. La música country ganó en popularidad durante la Gran Depresión y la II Guerra Mundial mientras América caía rendida a las canciones de los cowboys, el Texas Swing y el Grand Ole Opry de Nashville, el show presentado por Roy Acuff. Aunque la Gran Depresión saludó de mala manera el inicio de los años 30, la música más enraizada estaba dispuesta a responder. La radio se había cimentado, los discos eran populares y los nombres de las nuevas estrellas resultaban conocidos. De las comunidades rurales surgían cientos de agrupaciones y un sinfín de instrumentistas que deseaban seguir la senda marcada por Jimmie Rodgers. Fue ese interés casi dramático por la industria musical lo que produjo uno de los más prolíficos e innovadores períodos de la historia del género. La radio alcanzó sus cotas más altas. La emisora WSM de Nashville, instalada en el Dixie Tabernacle, era una de las de mayor alcance en el sur, con George D. Hay como encargado de la programación. Empezó presentando el WSM Barn Dance, donde debutaron un buen montón de nuevos artistas. Con el paso de los años, el Grand Ole Opry se convirtió en el más significativo vehículo para extender la country music por toda América, estableciendo su sede en el Ryman Auditorium de la 5ª Avenida Norte de Nashville entre 1943 y 1974. Era una antigua iglesia construida en 1891 por Thomas Ryman, un capitán de barco. Es el programa de radio más antiguo del mundo y está dedicado al country. Un 10 de Diciembre de 1927, tras un espacio de música clásica, George D. Hay anunció: "Durante la pasada hora hemos escuchado la música que conocemos como Grand Opera. Ahora, queremos presentar la Grand Ole Opry. La leyenda empezó a escribirse con letras mayúsculas a partir de esa fecha.
Fue también durante los años 30 cuando se produjo el cambio de la denominación hillbilly a la de country and western, gracias a la enorme popularidad de los singing cowboys de Hollywood, con su particular visión del pasado y de las amplias praderas, y al crecimiento del western-swing en Texas. Texas y Oklahoma dieron origen al western-swing, otro de los componentes fundamentales del country. Era la absorción de estilos tan diversos como los de las big bands, el jazz, las baladas y los lamentos de los cowboys. Todo se mezclaba para conformar una alegre música de baile con la que combatir los malos tiempos. Entre ellos estaba el verdadero "rey": Bob Wills. La combinación de las planicies tejanas, el crecimiento y el desarrollo de la radio y un violinista llamado Bob Wills acompañado por sus Texas Playboys (llegaron a ser más de 22 miembros, con una completa sección de metal) crearon una de las formas del country más innovadoras y excitantes, el western swing, que después de un periodo de adormecimiento volvió a florecer, redescubierto por las nuevas generaciones. Era, sobre todo, un antídoto para la tristeza de los años de la Depresión, cuando la nostalgia servía de válvula de escape.
The Hillbilly Shakespeare (1945 - 1953) es el tercer capítulo, cuando los cambios culturales que se cernían sobre la América de postguerra generaron nuevos sonidos como el bluegrass y el honky-tonk. Una nueva estrella, Hank Williams, emerge en la escena country. Pero falta por atender a otra de las fórmulas elementales de la country music: el honky-tonk. También procede de Texas y, aunque sus raíces están en los años de la Depresión, empezó a desarrollarse en la década de los 40 gracias a Ernest Tubb y Hank Williams. Fue precisamente en 1944 cuando la revista Billboard iniciaba la publicación individualizada de las listas de ventas de los discos de country. Los años 30 fue una década extraordinariamente creativa para el country and western. La industria evolucionó rápidamente y los cruces estilísticos empezaron a fertilizar. Aunque la entrada de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial supuso una cierta interrupción de esa marea creativa, los cimientos eran sólidos. Los aparatos de radio ya estaban en el 82% de los hogares americanos, las emisoras comerciales se habían triplicado, las de las fuerzas armadas programaban fundamentalmente country music y, en cuanto al cine, Republic Studio en Hollywood realizó una película sobre el Opry. El país necesitaba sólo una superestrella. Era el momento de que apareciera Hank Williams.
Hank fue un prolífico compositor de canciones, uno de los más finos artistas sobre un escenario y la imagen romántica de aquellos duros tiempos. Sin él es muy posible que la música country nunca hubiera trascendido de la forma en que lo ha hecho. Puso al country and western en el mapa y cualquier músico contemporáneo que se precie debe remitirse a su persona para poder explicarse. Los distintos formatos del pop tienen claro que no se pueden entender sin su existencia. Cuando firmó en 1946 por Acuff‑Rose, la primera compañía editorial de Nashville, estaba empezando a romper las barreras que explotarían definitivamente en los 50.
I Can’t Stop Loving You (1953 - 1963), el cuarto episodio es un viaje a Memphis, donde Elvis Presley y Johnny Cash son los máximos referentes de la era del rockabilly a través de Sun Studio. 300 millas al este, el Nashville Sound emerge como una alternativa más suave a través de la producción de los estudios de Music Row. Por eso, resulta curioso que un artista que tuvo en las raíces vaqueras el mayor argumento válido para nacer musicalmente, renegara de ese estilo durante una década y media a costa de la intransigencia de su manager, el Coronel Tom Parker. Era Elvis Presley. Y es aquí donde no podemos olvidar a Sam Phillips, el creador de la mítica Sun Records, que había confiado en artistas como Johnny Cash, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Roy Orbison o Elvis Presley para crear un híbrido en el que se fundían el country, el bluegrass, el rhythm'n'blues, el rockabilly y el boogie-woogie, determinando lo que más tarde se llamaría pop music. Poniendo el foco en otro de los grandes pioneros, se hace preciso acercarnos a la figura de Charles Edward Anderson Berry… “Chuck” para los amigos, que junto a Fats Domino forma parte de a esa corta lista de leyendas del rock que han sobrepasado el listón de los 80 años. Chuck Berry era diferente. Nacido en St.Louis, Missouri, en 1931, siguió como otros muchos artistas sureños negros “el duro camino” a Chicago, tocó junto a su admirado Muddy Waters y allí conoció a Leonard Chess, propietario del sello del mismo nombre. En el legendario sello Chess Records de Chicago publicaba su primer single, "Maybellene", allá por 1955.
En febrero de 1962, Ray Charles grabara una de sus canciones emblemáticas que, sin embargo, distaba mucho de sus comienzos estilísticos, “I Can’t Stop Loving You”. Fue cuando decidió ensanchar el horizonte y adentrarse en caminos que hasta entonces no había experimentado, como la propia música pop. Pero en 1962, dio la sorpresa con la edición de su álbum Modern Sounds In Country And Western Music, un disco dedicado a temas de country donde aparecía el clásico de Don Gibson "I Can't Stop Loving You", que tuvo una repercusión inusitada.
The Sons and Daughters of America (1964 - 1968), el quinto capítulo, nos sitúa en las puertas de la revolución culturas de los 70, la música country refleja el cambio en América, con Loretta Lynn dirigiéndose a las mujeres con temas que les conciernen, Merle Haggard canta al hombre corriente y la audiencia pasa por alto el color de la piel para adoptar a Charley Pride. Muchos de los grandes éxitos de Loretta Lynn, especialmente en sus primeros años de carrera, están basados en sus propias experiencias, vividas preferentemente al lado de su marido, "Mooney" Lynn, con el que se casó con tan sólo 13 años y a quien perdió para siempre en el mes de Agosto de 1996. Y son el reflejo de una actitud femenina bien distinta a la habitual en aquellos años, lo que le provocó no pocos enfrentamientos con los círculos más conservadores y, más aun, en un terreno como el del country.
Will the circle unbroken? (1968-1972), que da nombre al sexto capítulo de esta serie mucho más que recomendable, descubre cómo la música country responde a una nación dividida por la Guerra de Vietnam, como un capitán de la Armada se convierte en el compositor Kris Kristofferson, capaz de establecer un nuevo standard en las letras y artistas como Bob Dylan o los Byrds encuentran su lugar en el mundo en Nashville. David's Album fue el noveno álbum de estudio de Joan Baez, publicado en mayo de 1969 y grabado en Nashville. David Harris, su marido y un fanático de la música country, estaba a punto de ser encarcelado por resistencia a la autoridad durante distintas protestas, y ella quiso regalarle un disco que grabó durante las mismas sesiones que el anterior, Any Day Now, lleno de canciones de Dylan. En 1968 los Byrds editaron el álbum Sweetheart Of The Rodeo, un disco imprescindible para que el country rock alcanzara su dimensión real. A aquella formación legendaria se había unido Gram Parsons, uno de los personajes más determinantes en esa apertura de un género tan enraizado con el country a las nuevas generaciones. Aquel trabajo se abría con una versión a “You Ain’t Going Nowhere”, que Bob Dylan había compuesto el año anterior durante su estancia en Woodstock para reponerse de su accidente de moto.
Are you sure Hank done it this way? (1973-1983), la séptima entrega, nos sitúa como testigos de una era brillante en la música country, con Dolly Parton disfrutando del éxito masivo, Hank Williams Jr y Rosanne Cash superando la sombra de sus padres y Willie Nelson y Waylon Jennings lanzando el movimiento Outlaw. Los cambios dentro de la country music están perfectamente reflejados en este capítulo., iniciados por los orígenes del movimiento Outlaw, focalizados en Waylon Jennings y la importancia de Gram Parsons en el desarrollo del country rock con los Byrds y los Flying Burrito Brothers, además de su extensión a través de Emmylou Harris, fundiendo pasión y rock and roll. Cuando escuchar ves cantar a Emmylou en sus comienzos a mitad de este capítulo no puedes dejar de emocionarte. De igual manera que no puedes dejar de avengorzante de Hank Williams Jr., “Bocephus”, y de como procura excusarle su hija, Holly Williams.
Music Will Get Through (1973-1983) nos lleva en el octavo capítulo al bluegrass y nos encuentra con Marty Stuart, Ricky Skaggs y Vince Gill, entre otros, además de retomar los mejores momentos de la Outlaw Music con Willie y Waylon como protagonistas esenciales, sin olvidar el reencuentro de Rosanne Cash con su padre para conocer aquel listado de las 100 canciones que debía conocer para poder aspirar a ser una artista de country. Y, naturalmente, las personalidades de George Jones y Merle Haggard.
Don’t Get Above Your Raisin (1984 – 1996) es la despedida, descubriendo como los “nuevos tradicionalistas” como George Strait, Randy Travis, las Judds ayudaron a la música country a permanecer cerca de las raíces. Es la década de la explosión de Garth Brooks como súper-estrella y la vuelta de Johnny Cash a la industria que ayudó a crear. La denominación "nuevos tradicionalista" surgió por la ambigüedad del término new country. Al fin y al cabo, si estos artistas están haciendo country bajo estructuras tradicionales, sería poco lógico usar la palabra "nuevo". Esta música comenzó en las colinas con la mentalidad propia del americano medio, que piensa de forma muy diferente a los considerados ricos. Esta forma de ser se hace patente en sus ciudades y en sus tiendas. El country, por tanto, representa a la América media. Ninguno de estos músicos está por encima de su audiencia, al igual que Hank Williams era un ejemplo para sus conciudadanos.
No es habitual que la country music sea protagonista de una serie televisiva de esta importancia y, menos aún, que sea emitida en un canal de la televisión de nuestro país, aunque sea de pago. Esa ha sido la razón por la que, sin la mínima necesidad de excusarnos, hemos querido compartirlo con vosotros.