Los dos escritores tienen a Sam, que no ha podido estar en el plató porque tiene unas circunstancias especiales. Tiene 9 años y llegó a la familia tras la ruptura de Bárbara con su pareja anterior: cuando se separó, su perro Frodo, se quedó con su ex, ya que vivía en un chalet y era mejor vida para Frodo.
A Juan no le gustaban los perros, pero, por amor, llevó a Sam a casa. “Esto es muy triste, pero era el perro que estaba de oferta, porque tenía una despigmentación”, dice. “Ahora no compraría, ahora adoptaría”.
En el programa se habla de la custodia de los perros cuando las parejas rompen, de las necesidades de los perros adultos y su educación. “Para los perros somos libros abiertos, tanto por nuestro lenguaje corporal como por el tono de voz. Emplean más tiempo a comprendernos que nosotros a ellos”, dicen Eli y Santi.
A Sam le gusta estar cerca de Bárbara, que es quien se ha encargado de su educación, de trabajar sus miedos y problemas. Pero cuando ella sale de viaje Juan le malcría. “Soy como una abuela con su nieto”, dice. “Lo que quieres es comprar su amor con comida”, añade Bárbara.