En diciembre de 1937 se produjo una de las masacres más brutales que han sucedido en tiempos de guerra en Nanjing, la antigua capital de China.
El ejército japonés entró en la ciudad con una violencia extrema cometiendo violaciones, torturas y asesinatos a más de trescientos mil civiles y la ejecución en masa de soldados chinos.
Japón disponía de una maquinaria militar muy desarrollada y una mentalidad racial supremacista para gobernar a sus vecinos.
Este genocidio se produjo abiertamente ante observadores internacionales que intentaron detener el horror pero que los invasores hicieron caso omiso.
Curiosamente, este holocausto sigue siendo negado por el gobierno japonés.
La película "Las flores de la guerra" cuenta que en 1937, durante la segunda guerra chino-japonesa, John, un maquillador de cadáveres, llega a una iglesia católica de Nanjing para preparar al párroco antes de su entierro. Las terribles acciones del ejército invasor japonés lo convierten a su pesar en protector de las alumnas de un convento y de las prostitutas de un burdel cercano que se refugiaron en la iglesia.
Guillermo Benavides, periodista en la corresponsalía de la Agencia EFE en Pekín, nos hablara de este episodio bélico tan terrible que le costó la vida a cientos de miles de personas.