Las canciones, si son de verdad, si son buenas canciones se parecen mucho a las cosas buenas de la vida. Son irrepetibles
Una persona se aferra a su canción favorita como se aferra a las cosas buenas de la vida, las que merecen la pena.
Lo hace de forma salvaje, lo hace poseído por una locura irracional. La aprieta tanto contra su pecho que ésta, prácticamente se descompone al cabo del tiempo.
Las canciones, si son de verdad, si son buenas canciones se parecen mucho a las cosas buenas de la vida. Son irrepetibles, son un contenedor infinito de detalle. Como una sucesión eterna de números naturales, no importa cuanto las amplíes, no importa cuan profundo bucees en ellas, al cabo del tiempo siempre encuentran una forma nueva de sorprenderte.
Y así es Louie Louie!