Siempre me ha gustado, musicalmente hablando, su voz carismática y ese rollo suyo rockero-swinguero-surfero-eros varios, pero lo que más me llama la atención de ella en realidad es su naturaleza de personaje multifacético, icono de aquella feminidad antigua que tantos amamos.
Nos abrió las puertas de su casa y yo me dediqué a admirarla durante dos horas, así podría resumirse nuestro encuentro.
Esa mezcla fascinantemente chocante de acento “granaíno” y físico de diosa y su facilidad para interactuar con la cámara y estar sexy incluso cuando le sale la vena más macarra, me dejaron sin palabras. Y esos miles de tatus “old school”…
Bueno, en realidad toda ella es old school, rendida admiradora de aquellas reinas del celuloide de antaño lideradas por la inmensa Dietrich.
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