Zoé, el arrullo mexicano

 ZOÉ, EL ARRULLO MEXICANO

En 2008 los mexicanos Zoé (léase Soé) recibían el Premio Latino Revelación de la Academia de la Música aquí en España. Y la cosa tiene su coña porque el grupo llevaba ya más de un lustro “revelado” al otro lado del charco donde, a día de hoy, son auténticos dioses del rock alternativo. Pero, claro, como ellos mismos puntualizaban “es que ese océano es muy grande y hace muy complicadas las relaciones”. Sea como fuere, desde ese año habrán actuado ya 6 o 7 veces en nuestro país y poco a poco han conseguido ampliar notablemente su círculo de seguidores. En esta ocasión han venido abriendo los conciertos de Vetusta Morla y no se les han caído los anillos por ello, humildad y saber estar. Hay que decir que la banda madrileña hizo lo propio en México hace unos cuantos meses y ¡ojo! que ser telonero de Zoé allí no es cualquier cosa, que estos tíos llenan estadios. Para los que os hayáis quedado pensando  “¿rock alternativo? pues a mí me suenan a tecnopop…” cuidadín que (nos los explicaban ellos mismos) rock y pop no son lo mismo a uno y a otro lado del Atlántico. Allí el pop tiene, al parecer, una connotación muuuy comercial y ellos se jactan precisamente de todo lo contrario, de ser muy independientes. La cosa viene de sus comienzos cuando acabaron tarifando con un par de grandes discográficas y desde entonces abominan de todo lo que huela o pueda oler a circuito comercial/oficial o intervencionismo en sus procesos creativos. Pero lo cierto es que por ventas y por fans (tienen tres millones y medio de seguidores en facebook y alguna de sus canciones hasta 25 millones de visitas en Youtube) comerciales, lo que se dice comerciales, lo son en el sentido estricto de la palabra (según la RAE comercial es lo “que tiene fácil aceptación en el mercado”) porque aceptación en el mercado latinoamericano la tienen toda. Eso es así. Por citar sólo un ejemplo, el single “Nada” (de su anterior disco de estudio “Reptilectric”) consiguió dar la vuelta al mundo y convertirse en un auténtico himno. Yo misma estuve todo un verano escuchándolo en modo bucle. Lo llevaba grabado al ladito de Soda Stereo y su “de Música Ligera” y recuerdo que el CD acabó desintegrado. De su último trabajo “Prográmaton” (cómo les encanta ponerle nombrecitos raros a los discos) el que ilustra mi reportaje, “Arrullo de estrellas”, auguro que también se convertirá en uno de sus grandes “jitazos”. Y no quisiera terminar sin una confesión, desde el alma, con el corazón abierto:  Llevo años enamoradísima del cantante, el gran León Larregui y, después de la entrevista, ahora también de los encantadores Ángel Mosqueda y Sergio Acosta. Sueño que me susurran al oído “eres mi amor eterno, mi ángel de la guarda” y se me desencajan las rodillas. Y a mi compi de realización, la inconmensurable Bea Chicharro, me ha confesado que le sucede lo mismo. Y sospecho que somos millones de enamorados por todo el mundo. Zoeína para todos, por favor.