Narra la historia de Samantha Smith, niña que se ganó el corazón de soviéticos y estadounidenses y formó parte de un inesperado acercamiento político.
Disponible hasta 01-06-2024
02/05/2024 00:50:26Narra la historia de Samantha Smith, niña que se ganó el corazón de soviéticos y estadounidenses y formó parte de un inesperado acercamiento político.
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02/05/2024 00:50:26Disponible hasta: 01-06-2024 20:00:00
El 12 de noviembre de 1982, Yuri Andropov sustituyó como Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la URSS al fallecido Leonid Brézhnev. En plena Guerra Fría y en medio de la acalorada carrera armamentística entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la guerra nuclear planeaba sobre el mundo. En Estados Unidos, en un pequeño pueblo del estado de Maine, una niña preocupada le pregunta a su madre si la guerra era posible. El malestar estaba en la calle. Más de medio millón de personas se manifestaban en Nueva York a favor del desarme "y, entonces llega la niña y escribe la carta", relata Natalia Botova, la intérprete de la familia Smith, en "La niña y la paz". "Estimado Sr. Andropov, me llamo Samantha Smith y temo que Rusia y Estados Unidos inicien una guerra nuclear", escribe la niña. Y, al día siguiente, le pone un sello de 40 centavos y la envía. El 28 de abril de 1983, Samantha recibía una carta del Kremlin. "Una niña de 10 años, ha recibido hoy una respuesta, nada menos, que del líder soviético Yuri Andropov", trasmitían perplejos los informativos estadounidenses. "Te invito a comprobar por ti misma que en la URSS todo el mundo está a favor de la paz y de la amistad entre los pueblos", le decía Andropov a Samantha.
En julio de ese año, Samantha viaja con sus padres a Moscú invitados por Andropov. "Me prometió que no empezaría una guerra", respondía la niña. Los soviéticos la agasajaron en exceso como si se hubiera iniciado una misión diplomática.
"La niña y la paz" cuenta la increíble historia de Samantha Smith, una niña que se ganó el corazón de soviéticos y estadounidenses y se convirtió en la emisaria de un inesperado acercamiento político entre ambas potencias con su perspectiva pacifista. Tres años después de su hazaña, el 25 de agosto de 1985, Samantha moría junto a su padre en un accidente aéreo.