Sinopsis
Aunque los números avalan la repercusión económica de los conciertos de Taylor Swift, la industria de la música en general lleva años creciendo y cada vez tiene más público y de diversos perfiles. España se ha consolidado como uno de los 15 mercados de música en vivo más importantes a nivel mundial. La facturación alcanzó casi 600 millones de euros el año pasado, un 26% más que el año anterior, todo ello pese a que el precio de las entradas ha subido un 48%, según datos de OBS School.
Así, los festivales de música se han convertido en un atractivo para los turistas y muchos negocios quieren sumarse a este impulso económico que generan en las ciudades donde se realizan. El 10% de los participantes en festivales viene de otros países, como indica Albert Guivernau, profesor de OBS School, y en el Primavera Sound más del 50% de los asistentes son extranjeros. "Sí hay un fenómeno de atractivo turístico de nuestro país para los festivales musicales y España es líder europeo en el desarrollo de estos eventos", explica al Canal 24 Horas el profesor.
Asimismo, ven otro fenómeno, y es que estos eventos son cada vez más "eclécticos", con cada vez más géneros, para captar a un público de diversos gustos y edades. "Ha habido un boom a raíz de la pandemia donde se ha valorado mucho más la experiencia y compartir algo con las personas que tienen esos intereses comunes. Lo que se quiere es compartir y vivir una experiencia", cuenta el experto. Así, los festivales se ven como "pasarelas de moda" que permiten a los artistas presentar al público sus proyectos para que luego puedan consolidar su carrera musical.
No obstante, hay artistas que se han desmarcado de estos formatos y eligen hacer giras propias para adecuarse a su público. "En los festivales, la actuación del artista suele ser más breve que en un concierto propio", indica el profesor, de modo que hay una “enorme diferencia" y la "intensidad" con la que viven los fans es "mucho mayor" en una gira en solitario que en un festival.
