Sinopsis
En el año 532, el emperador Justiniano sembró la ira en Constantinopla. Lo cuenta Néstor Marqués (Antigua Roma al Día) en la sección “Esto me suena” de “El Condensador de Fluzo”.
Cuando el emperador Justiniano llegó al poder, tomó una medida que no sentó nada bien: subió los impuestos tanto a los ricos como a los pobres. Muchos de ellos eran devotos seguidores de las carreras de carros en el hipódromo de Constantinopla, un edificio monumental que podía albergar a decenas de miles de “hinchas”. Las facciones deportivas de estas carreras también eran políticas, sociales y hasta religiosas. Los azules eran de clase alta y los verdes, de origen humilde. En enero de 532, la ira estalló contra el emperador en una carrera: las facciones verdes y azules, que siempre se peleaban entre sí en la grada, se unieron contra Justiniano al grito de ¡Nika, Nika, Nika!, es decir, ¡vence! en griego.
La situación alcanzó tal calibre que el emperador terminó escapando al palacio imperial. En los cinco días que duró la revuelta, buena parte de la ciudad fue arrasada. Cuando Justiniano estaba a punto de huir en barco, su esposa Teodora instó a los hombres de la corte a luchar. El general Belisario bloqueó todas las salidas del hipódromo y masacró a las personas que había dentro: según Procopio de Cesarea, más de 30.000. El pueblo nunca volvió a alzarse. Si quieres conocer esta historia con más detalle, no te pierdas la sección completa en RTVE A La Carta.
