La torre de los siete jorobados

Pocas películas de nuestro cine se adhieren tan bien a la categoría de "filme de culto" como "La torre de los siete jorobados" (1944). Una absoluta y deliciosa anomalía que mezcla el cine criminal, el cine fantástico, el folletín, el costumbrismo y la comedia romántica, todo ello bañado con luces y sombras que parecen surgidas de la línea flotación más suave del cine expresionista alemán. Una película tan inaudita como deliciosa, que fue escrita y dirigida por el que era considerado el Max Ophüls español: Edgar Neville.Y en En "El último programa" decidimos reivindicar al gran Neville. Ya no solo el director español más importante de la posguerra y uno de los grandes nombres propios del cine español, sino también una figura que encarna a la perfección el carácter renacentista del autor total: escritor, dramaturgo, cómico y cineasta. Y así adentrarnos en ese Madrid tenebroso y cañí, poblado de cupletistas y jorobados, de mad doctors y almas en pena, que nunca ha lucido tan fantástico como en esta película.