El miedo

El suicidio de Magnus ha dejado a Mariana tocada: en sus pesadillas es Lía la que yace muerta sobre el capó. Mariana se apunta al AFA, anhelando cierto control sobre la vida escolar de su hija, pero su intento de organizar la retirada de los árboles caídos que invaden el patio choca con un muro de burocracia. Saltándose las normas, contrata a unos operarios para que hagan el trabajo. En medio de todo esto, Samuel se siente pisoteado. ¿Es que no era él el que se ocupaba de los niños? Mariana se presenta en casa de la sueca, con la excusa de regalarle una alfombra. Solo consigue ver a Frida, la abuela del chico muerto, que ha venido para acompañar a su hija y su nieta. Otros asuntos reclaman la atención de Mariana: la residencia de Marisa, su madre, le comunica que la anciana está en las últimas.