Quien la sigue la consigue y las entrañables abuelitas de Buranovo, que juntas suman algo más de 500 años de vida y experiencias, bien lo saben. Y es que después de dos décadas intentando triunfar en la música con sus cánticos tradicionales, finalmente las Buranovskiye Babushki han conseguido el sueño que llevaban años persiguiendo: representar a Rusia en el Festival de Eurovisión. Lo harán con la canción "Party for everybody", un tema ethno-pop escrito por ellas mismas y cantado en lengua udmurta. Las abuelas de Buranovo se ganaron al público y al jurado y resultaron las más votadas de entre 25 aspirantes en una gala de selección que tuvo lugar anoche en Moscú.
Buranovo es un recóndito pueblo de Udmurtia (una pequeña república situada en el distrito federal del Volga) que solo aparece en los mapas más precisos y que si sitúa a unos 1.200 kilómetros al este de Moscú. En la República de Udmurtia, en la que hace algo más de 170 años nació Tchaikovsky, el desarrollo industrial de sus principales ciudades no ha impedido que en las regiones de montaña los lugareños sigan manteniendo sus tradiciones milenarias. Como en Buranovo, donde cada tarde un grupo de mujeres se reúne en un viejo bar para ensayar las canciones típicas de la cultura udmurta, además de pasar buenos ratos charlando, tejiendo, viendo la televisión y escuchando el único cassette que tienen: una vieja grabación del célebre rockero ruso Viktor Tsoi, que compró en los años 80 Olga Tuktareva, directora artística de las Buranovskiye Babushki.
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