Cuando tenía 18 años, Álex Padró, un chico del Poble Sec (Barcelona), viajó a Alemania con un amigo del colegio. Allí descubrió las cervezas artesanas, y decidió que él también quería beber aquella calidad de cerveza que se alejaba de las grandes marcas y se elaboraba en pequeñas fábricas familiares. Hizo la carrera de ingeniero técnico agrícola, especializándose en industrias alimentarias, y conoció a Steve Huxley, un cervecero de Liverpool que le enseñó a hacer cerveza artesana. Tras varias aventuras, en 2005 fundó la empresa cervecera Llúpols i Llevats (Lúpulos y Levaduras). Elabora tres estilos de cerveza, sólo con agua, maltas de cebada, lúpulo y levadura, sin aditivos y sin filtrar. Puede hacer otras variedades al gusto del consumidor, y personalizar las botellas para locales, fiestas, eventos familiares, o cualquiera que quiera tener una botella de cerveza con su propia marca. ¿Será rentable la aventura empresarial de Álex?
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