Gabriel Cortázar

Gabriel es el pequeño de los Cortázar. Ha crecido en una familia en la que no ha visto necesidad y sus esfuerzos se han limitado a echar una mano de vez en cuando con la vendimia, de modo que podría decirse de Gabriel que es el niño mimado de la familia.

Alejandro, su padre, tenía grandes planes para él. Gabriel sería el hijo estudiado, el abogado o médico, pensaba, pero el pequeño supo hacerse con los afectos de su progenitor y ganarse el favor de sus hermanos. Con el tiempo, todos han acabado mirándolo con la condescendencia con la que se disculpa a los que se dedican a vivir la vida sin preocuparse por nada más.

A él le preocupan poco esas guerras entre familias y la prosperidad de su apellido. Lo que en realidad le interesa es que en su bolsillo no falte nunca el dinero que le proporciona esas fiestas y juergas sin fin. Gabriel no conoce el sacrificio o el esfuerzo y ha dado a la familia más disgustos que alegrías. Las juergas, las apuestas, la mala vida han hecho que los problemas sean una constante en su vida. En la suya y en la de Alejandro, que en más de una ocasión ha tenido que solventar los líos causados por su hijo. Y más que por él, lo ha hecho por mantener el buen nombre de la familia.