el presidente del país, Nicos Anastasiades, ha confirmado que antes de la apertura de las sucursales el Banco Central de Chipre "impondrá controles de capital en las transacciones", una medida "muy temporal" que poco a poco se irá retirando. Anastasiades, que ha calificado el acuerdo de "difícil y doloroso" pero "el mejor" para el país, ha subrayado también que los planes de pensiones están garantizados y ha anunciado que "se nombrarán a investigadores específicos para encontrar a los responsables que han llevado al país a esta situación", una de las peticiones realizadas horas antes por la Iglesia ortodoxa, entre otros. El presidente del país hizo un llamamiento a la calma y, en su discurso, insistió en que el país no quebrará -aunque ha estado "a un paso del colapso"- gracias al acuerdo y a que el BCE "garantiza la fluidez de liquidez", algo que había anunciado el organismo poco antes.
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