El gerente de la empresa Diviertt, que organizó la fiesta de Halloween del Madrid Arena en la que fallecieron cuatro jóvenes y otra resultó herida de gravedad, Miguel Ángel Flores, ha reconocido ante el juez que en el recinto había 15.000 personas a pesar de que solo se vendieron, según ha insistido, 9.650 entradas. El responsable de la organización ha argumentado que había entradas duplicadas y que sobre las tres, una hora antes de la tragedia, se colaron 4.000 personas que estaban en los alrededores haciendo botellón. Flores, que ha quedado en libertad tras según ha explicado el abogado de una de las familias de las fallecidas, ha sostenido que la seguridad era competencia de la empresa Seguriber y de la Policía Municipal, que permitió el botellón.
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