Tras estos acontecimientos, los economistas argentinos no se ponen de acuerdo sobre si el país ha entrado o no en suspensión de pagos o no y cuáles son las consecuencias más inmediatas.
"Estamos en situación de default (impago). Lo dijeron casi todas las agencias de crédito del mundo, incluso la China", ha indicado Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando J. Ferreres. Según Spotorno, el cese de pagos afectará negativamente a la economía argentina, en especial al sector privado, y provocará una caída del empleo, una mayor recesión económica y más inflación.
Sin embargo, el diagnóstico del director de la consultora Hacer, Pablo Tigani, es opuesto: "De ningún modo estamos en cesación de pagos. Argentina efectuó el depósito del dinero en tiempo y forma". En declaraciones a Efe Tigani recuerda que la mayoría de los fondos correspondientes al último vencimiento de deuda reestructurada se mantienen bloqueados en entidades bancarias por orden judicial.
Para desbloquear el pago a los tenedores de bonos que aceptaron importantes quitas en 2005 y 2010, Griesa exige que el Gobierno argentino pague en simultáneo a los denominados fondos buitre, que se negaron a reestructurar su deuda.
Para el expresidente del Banco Central de la República Argentina, Javier González Fraga, Argentina ha quedado "en un limbo". Aunque, en lo único que todos coinciden, es en que la situación actual de Argentina es incomparablemente mejor a la de 2001, cuando el país sufrió la crisis del "corralito".
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