Los miembros de Naciones Unidas se han mostrado profundamente divididos este miércoles sobre la respuesta para resolver la grave inestabilidad política que sufre el norte de Mali, controlado por grupos islamistas.
Mientras el propio Gobierno de Mali, algunos de sus vecinos y Francia (expotencia colonial de Mali) han urgido al Consejo de Seguridad de la ONU a una intervención militar, Estados Unidos asegura que el país africano debe tener primero un gobierno legítimo, informa Reuters.
A pesar de que el secretario general de la ONU no es partidario de una intervención militar, ha pedido a la comunidad internacional que no abandone la región del Sahel, donde la agitación política, un clima extremo y las frágiles economías se han combinado "para crear una tormenta perfecta de vulnerabilidad".
Por ello, Ban Ki-moon ha anunciado una estrategia que ayude a "detener la amenaza del terrorismo" en el Sahel, así como a promover "la conciliación y la mediación para reducir tensiones dentro y entre los países" de la región.
Según el secretario general de la ONU, esta estrategia requerirá de "amplias consultas" en las próximas semanas supervisadas por un enviado especial de la ONU para el Sahel que Ban se ha comprometido a nombrar.
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