El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se encuentra como en una película de Hitchcock. A las 12:30 horas es la votación y aumenta la incertidumbre. Lo que el jueves parecía hecho, a media hora de la verdad se cuestiona. Hace unos minutos ha terminado el debate insólito en el que solo han participado los grupos de gobierno. La oposición no entrará en el aula hasta el momento de la votación.
Pero hay vías de agua que amenazan la navegación del ejecutivo: dos diputados del grupo de la mayoría, Destro y Gavana han anunciado que no participarán.
316 es el umbral de la tranquilidad. Pero el presidente de la república ha solicitado una mayoría capaz de actuar, no solo de ganar votaciones por los pelos.
Por eso, aunque llegue la victoria, si es pírrica, solo se habrá pospuesto el problema. Diputados próximos al exministro de industria, Claudio Scajola, intrigan en los pasillos sobre el sentido del voto.
De todas maneras, hace solo unos minutos Scajola ya ha dicho que ahora sí apoyará a Berlusconi pero que espera que empiece el cambio.
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