Una Europa de dos velocidades. Es lo que plantean Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Según una fuente oficial de la Unión Europea, Berlín y París han tenido intensas negociaciones sobre dividir la eurozona para hacerla más competitiva. El impulsor es el presidente francés, preocupado porque su país no pierda la calificación de triple A de su deuda soberana. La canciller alemana apoya la idea de diseñar una nueva Europa en la que haya un núcleo duro. La idea del eje franco-alemán supondría una modificación del tratado de la Unión. Algo desde el Parlamento y la Comisión Europea no se plantea. La propuesta tampoco convence al Reino Unido, muy crítico con las decisiones que afectan a los Veintisiete. La cuestión podría plantearse en la próxima reunión del Eurogrupo el 9 de diciembre.
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