Al menos 24 personas han muerto en las últimas 48 horas en la ciudad paquistaní de Karachi, la mayor del país, en una ola de violencia.
Muchas de las víctimas, asesinadas por pistoleros durante el lunes y el martes, estaban conectadas a grupos religiosos y políticos, según los medios de información locales.
El martes, 14 personas murieron en distintos actos de violencia, y por la noche los manifestantes que protestaban por la última de estas muertes incendiaron un autobús vacío.
Con más de 18 millones de personas, Karachi tiene una larga historia de violencia política y de disputas étnicas, religiosas y sectarias. Más de 400 personas han muerto solo este año.
Las bandas callejeras y los grupos armados de lealtad étnica son usados por los partidos como carne de cañón en la ciudad, que contribuye con aproximadamente dos tercios a los ingresos del Estado y que acoge puertos y las sedes de la bolsa y el banco central.
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