Los primeros resultados de las pruebas de resistencia a las centrales europeas promovidas por Bruselas tras la catástrofe de Fukushima (Japón) de marzo pasado revelan que la seguridad de muchos reactores es mejorable, entre ellos, la de los ocho activos en España. Las seis centrales nucleares españolas - Almaraz (Cáceres), Ascó (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Sta. Maria de Garoña (Burgos), Trillo (Guadalajara), Vandellós (Tarragona)- y la fábrica de combustible nuclear de Juzbado (Salamanca), no son una excepción y también presentan aspectos que pueden ser mejorados. España podría "aumentar la fortaleza" de sus centrales nucleares frente a inundaciones, en ciertos casos de terremoto, a la hora de afrontar la pérdida de la alimentación eléctrica externa o del sistema de disipación del calor, así como en la gestión de un accidente severo.
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