El laberinto francés

Faltan menos de dos semanas para el inicio de los Juegos Olímpicos de París, una cita que blindará especialmente a la capital y que dependerá del despliegue planificado por el gobierno. Por eso, cualquier cambio en el ejecutivo puede repercutir negativamente y Macron pide tiempo para elegir a un nuevo primer ministro. El reto está servido desde las elecciones legislativas francesas que forzó el propio presidente Macron tras la debacle de su partido en las europeas, en las que arrasó la ultraderecha de Marine Le Pen. Las izquierdas, aglutinadas en el Nuevo Frente Popular, lograron frenar en segunda vuelta a la extrema derecha de Agrupación Nacional, que también había salido victoriosa en la primera.

Brice Teinturier, de Ipsos - Francia, recuerda que "ninguna alianza permite, por sí sola, tener una mayoría. Nos encontramos en una situación desconocida y muy confusa". La participación ha sido histórica y, aunque el sistema electoral francés le ha jugado en contra, prueba cómo la extrema derecha se ha hecho un importante hueco en la Francia rural y entre la juventud. Elena Lizón, subdirectora de Diálogo de Estudios España-Francia, dice que los jóvenes "la votan porque hay un problema de memoria histórica importante". El presidente de la República, Emmanuel Macron, de cara a la elección de un nuevo jefe de gobierno, llama a reeditar una unión del centro y de la izquierda y la derecha tradicionales, alejada de los extremos. Todo está por ver.