El puente de Mitrovica simboliza la eterna división entre la minoría serbia de Kósovo -al norte del puente- y la comunidad albanokosovar, al sur.
07/10/2023 00:15:14
Informe Semanal
El puente imposible
El puente imposible
00:15:14
07/10/2023
Recomendado para mayores de 7 años
Sinopsis
El segundo reportaje de ‘Informe Semanal’ hace referencia a un lugar concreto, más allá de aquello que decía el Premio Nobel yugoslavo Ivo Andric de que "los puentes son las vértebras de los Balcanes". El de Mitrovica simboliza la eterna división entre la minoría serbia de Kósovo -al norte del puente- y la comunidad albanokosovar, al sur.
La tensión es continua y ha sido escenificada en la cumbre europea de Granada esta semana entre la presidenta de Kósovo, Vjosa Osami, y el de Serbia, Aleksandar Vucic, que evitaron reunirse. Para la líder kosovar, Vucic trata de desestabilizar la región y, prueba de ello, es que en recientes incidentes "las armas confiscadas por nuestra policía y por las fuerzas de la OTAN habían sido manufacturadas por la industria militar serbia y, además, hemos confiscado vehículos blindados que estaban registrados a nombre del ministerio del Interior serbio". Vucic se defiende y lo niega todo. También reniega de su conocida amistad con Putin, que sería clave en toda esta situación: "Yo no he hablado con él desde hace más de año y medio. Mucha gente de la Unión Europea lo ha hecho. Y yo no. Antes sí, como en 19 ó 20 ocasiones, pero nosotros apoyamos la integridad territorial de Ucrania. He oído estupideces sobre que Serbia va a atacar a todo el mundo en la región. Y, por supuesto, ni ha ocurrido ni ocurrirá". Kósovo no es un Estado reconocido por toda la comunidad internacional. Dentro de la UE, por ejemplo, hay cinco países -incluida España- que no lo han hecho. Aun así, esperan poder ingresar en el club europeo, al igual que Serbia, pero tanto sus propias condiciones como los desencuentros que protagonizan ambas comunidades, especialmente en las fronteras compartidas y en localidades como Mitrovica, dificultan que Bruselas se lo vaya a poner fácil a ambos. Un 7 de octubre de hace 23 años, en el 2000, Slobodan Milosevic tuvo que claudicar ante el pueblo serbio y dejar el poder después de que Vojislav Kostunica ganara las elecciones presidenciales y estas fueran anuladas por el Constitucional de entonces. Había habido una guerra y el mundo seguía cambiando especialmente en zonas como la de los Balcanes. Sin embargo, la Historia demuestra que es cíclica y aunque tanto desde Belgrado como desde Pristina miran hacia Bruselas, "hoy todo lo que pasa nos recuerda mucho lo que pasó aquí en los años 90", según el periodista Marko Subotic: "sabes que solo hace falta una chispa para que todo estalle. Tampoco podemos olvidar que la situación en la vecina Bosnia no es tan estable y que todo podría volver a convertirse en lo que fueron aquellas guerras".
Ficha técnica
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- Información y actualidad
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