Reflejo de nuestras vidas

Este reportaje profundiza en cómo se contaban las noticias hace 50 años y cómo se cuentan ahora. En cómo ha ido cambiando la sociedad y cómo ‘Informe Semanal’ ha sido reflejo, termómetro y altavoz de esos cambios. Desde aquellos tiempos de la televisión única del tardofranquismo -en la que se forzaban las costuras de la censura-, pasando por aquel 23F que asentó el programa como un formato de resumen y contexto, hasta la actualidad, en la que prima la información líquida. Porque como nos dice Lorenzo Milá "el periodismo ha perdido capacidad de denunciar, de transgredir, de proponer". O lo que nos comenta Pepa Bueno: "¡Claro que ha cambiado el contenido! Yo viví muy de cerca la transformación de la violencia de género en un suceso sin más a un fenómeno social que apelaba a los poderes públicos y les exigía su intervención"

La sociedad ha ido descubriendo la manera de abordar la realidad de las minorías y visibilizar problemas que a veces no se cuentan, nos dice Pepa Bueno. Para Cándida Godoy, redactora durante muchos años de Informe Semanal, la gran suerte del programa fue "poner la cámara donde pasan cosas y entrevistar a los protagonistas. A veces, personajes absolutamente anónimos pero que tienen mucho que contar y han estado mucho tiempo callados". Lo que no ha cambiado en el programa es su esencia, su apuesta por el rigor y la calidad, en la que juega un papel clave la realización. Baltasar Magro nos recuerda que ha habido realizadores como Emilio Martínez Lázaro o Pilar Miró "que luego han sido grandes directores de cine".