Sinopsis
El verano ha estado marcado, hasta estas fechas, por las altas temperaturas, registros olímpicos en el termómetro, el descenso de las reservas en los embalses y, en algunos casos, por las restricciones de agua. "Vivimos en una atmósfera dopada", dice Albert Barniol, meteorólogo de RTVE: "Las emisiones de efecto invernadero que estamos enviando dopan la atmósfera y hacen que la temperatura sea todavía más elevada y, por eso, estamos batiendo cada vez más récords y de una forma excepcional". Por ejemplo, 22 municipios del Alt Empordà (Girona) han estado durante el mes de agosto en estado de emergencia. El alcalde de Perelada, Miquel Brugat, confirma que no han tenido "ningún episodio de lluvia constante desde hace muchos meses y la gente está preocupada". Allí, de hecho, el consumo de agua se ha limitado a 200 litros por habitante y día.
Cataluña, con cerca de 6 millones de personas con restricciones de agua, está viviendo la situación en primera persona, teniendo en cuenta además que en época estival muchas localidades multiplican su población. Otro alcalde, el de Sant Pere Pescador, Agustín Badosa, dice que les preocupa especialmente "que no seamos capaces de rellenar los acuíferos. Porque, en definitiva, es la fuente de vida, que es el agua para todos... para los usuarios domésticos y para los diferentes sectores económicos". La Unió de Pagesos de Girona, en boca de su coordinador, Narcís Poch Ros, cuenta a ‘Informe Semanal’ que "un acuífero es un sistema muy débil y sabemos que es nuestro recurso natural. Y, ahí, entramos en el debate del uso del agua. Si va a servir para generar alimentos o para generar distracción a la gente". En la zona, donde se cultivan principalmente cereales de invierno y manzanas, ya se ha prohibido el riego de subsistencia para los árboles, para poder asegurar las cosechas.
En este contexto, entran en juego las nuevas tecnologías y las plantas desalinizadoras, que en España ya producen casi el 10% del agua potable. La del Prat de Llobregat, después de casi 30 meses de sequía en Cataluña, trabaja a su máximo rendimiento, produciendo 180.000 m³ al día para abastecer a casi un millón de habitantes. Es uno de los paisajes de nuestro país, donde proliferan los pantanos vacíos. Sobre todo, en Andalucía. Y otra de las fotos está en Doñana que, por segundo año consecutivo, ha visto cómo la laguna de Santa Olalla ha perdido casi toda su agua. La tierra tiene sed y, cada vez con mayor frecuencia, la estamos viendo agrietada.
