En el año 2002, el Gobierno prohibió el uso industrial del amianto. Comenzó a usarse de forma masiva en los años 60, por sus propiedades aislantes e ignífugas. Procedente de Canadá y Sudáfrica, el amianto llegaba a los muelles de Barcelona donde era descargado por trabajadores portuarios. Con el tiempo, muchos de ellos fallecieron o sufrieron enfermedades y dolencias achacadas a ese polvo mortal, que, una vez inhalado, permanece en el cuerpo humano para siempre. Sus viudas llevan años intentando que se reconozcan estas muertes como daño laboral. En 2003, Informe Semanal emitía el siguiente reportaje que ahora les ofrecemos. Ese año, el centro nacional de epidemiología cuantificaba 400 fallecimientos en España causados por el amianto. Pero durante medio siglo, unos 50.000 trabajadores españoles lidiaron con la muerte blanca.
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