Hace una semana Spanair anunciaba la suspensión de sus vuelos por problemas económicos. Sin previo aviso, dejaba sin volar a miles de pasajeros, y en tierra, una flota de 27 aviones y 2.600 trabajadores que esperan un ERE. Una situación que también afecta a los más de mil empleados de la empresa que le daba servicio en tierra. La compañía catalana ha presentado concurso de acreedores después de 4 años de dificultades financieras. Las subvenciones de casi 100 millones de euros de la Generalitat de Cataluña no han resuelto sus problemas y la negativa ahora a darle mas ayudas ha precipitado su quiebra. Otras aerolíneas, como Ryanair o Vueling, intentan hacerse con el mercado que Spanair deja libre. Mientras sus trabajadores siguen movilizándose para que otras compañías los recoloquen.
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