Cada año llegan a España alrededor de 400 personas con antecedentes por abusos sexuales a menores. Son, en su mayoría, pederastas británicos que han cumplido condena en su país, pero que son objeto de un seguimiento personalizado cuando salen de prisión. Se vigilan todos sus movimientos, sobre todo si deciden viajar al extranjero. En España, la Costa del Sol, las islas Canarias y Alicante son sus destinos preferidos y el aeropuerto de Málaga su principal entrada. La Secretaría de Estado de Seguridad y las autoridades policiales británicas han suscrito un protocolo de actuación conjunto sobre individuos condenados por pedofilia. Policía Nacional y Guardia Civil, en comunicación con Interpol, estrechan su control y vigilancia durante su estancia o residencia en nuestro país, cuando el riesgo de reincidencia sea alto. Informe Semanal ha viajado hasta la Costa del Sol, Alicante y Castellón, tres de los refugios preferidos por delincuentes y fugitivos. Miembros de la Guardia Civil de Málaga y Alicante nos han contado cómo se procede en estos casos. También hemos hablado con Francisco Martínez, Secretario de Estado de Seguridad, José María Larriba, Comisario de Interpol en España, José Luis Fajardo, Inspector de Delincuencia Violenta, y con Tim Gerish, portavoz de la policía británica. Un reportaje de investigación que prueba el intento de los pederastas de colarse como profesores de idiomas en colegios españoles.
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