Temporeros en pandemia

Una semana después del final del estado de alarma, un brote de coronavirus entre temporeros ha disparado las alertas en zonas de Lleida y 4 comarcas aragonesas cercanas, que han retrocedido a la fase dos. Sindicatos y ONG denuncian que, como todos los años, la oferta de empleo para la recolección de fruta está provocando la llegada de miles de trabajadores, algunos "sin documentación ni contrato", que acaban viviendo hacinados en pisos o incluso durmiendo en la calle. A las críticas a las condiciones de los trabajadores más vulnerables por el riesgo que pueden suponer para la propagación del virus se suman las acusaciones de racismo, según algunas organizaciones.

Informe Semanal ha viajado a la zona para hablar con temporeros, agricultores, empresarios, responsables sanitarios y políticos. Aunque las contrataciones en el campo español han bajado con respecto al año pasado -en mayo hubo 180.000, casi la mitad a extranjeros- el constante trasiego entre comarcas y provincias limítrofes y la dificultad para mantener las medidas de alejamiento en albergues o casas sobreocupadas en una campaña marcada por la Covid-19 complican el control de los contagios. La prioridad de las autoridades sanitarias es hacer un seguimiento de la salud de los temporeros y actuar de inmediato cuando se detecte un positivo. El brote, en el límite entre Aragón y Cataluña es el primer gran reto de coordinación entre comunidades autónomas para el Ministerio de Sanidad después de la alarma.